miércoles, 12 de octubre de 2011

Amor Ágape, en el Liderazgo - La Paradoja, James Hunter


Por: Neydis Janeth Rojas Agüero

Al leer el libro de la Paradoja fue de gran interés para mí la comparación que se hace del liderazgo con el amor como ágape, y surgieron ciertas interrogantes ¿es que para influir en mis subordinados debo amarlos? ¿para que trabajen con entusiasmo o motivados para el logro de las metas, debo sentir algo por ellos? ¿para qué simplemente, cumplan con sus responsabilidades y obligaciones debo quererlos y manifestárselo?
Si indagamos un poco sobre la definición del amor ágape nos encontramos con que “es el verdadero amor, el amor de Dios, el amor divino, el amor oblativo, este amor se basa en un nivel divino, ya que a través de este nuestro Dios muestra su verdadero amor. Nos muestra que tenemos que madurar o sea tener la capacidad de posponer gratificaciones para que exista una verdadera libertad para poder así tener una verdadera entrega. Sobre el “ágape” encontré pasajes bíblicos muy interesantes como:
"Dios es amor (ágape)", el tipo de amor que ama a quien no es amable, incluso a sus enemigos. Por otra parte, El eros se funda en la noción de necesidad. El ágape, en contraste, no se funda en ella, ni se alimenta por deseo de recompensa alguno.
Y aunque estemos claros que en la Paradoja no se trata de un amor de sentimientos o emoción sino de verbo, de amor de comportamiento y elección, si debemos estarlo que el cimiento esta en el mismo lugar, ya que el fin último es lograr relaciones humanas sanas, optimas, eficientes y satisfactorias para todos los involucrados.
La gran paradoja está en que “el verdadero líder es aquel que más sirve”, el que se entrega totalmente, el que está comprometido por “todos” en la organización, incluso sacrificándose, sin esperar gratificaciones, así se siente libre, feliz, al demostrar su amor con sus acciones y comportamiento”... qué difícil es ser un verdadero líder con amor ágape.
El amor según ágape es: paciencia, afabilidad, humildad, respeto, generosidad, indulgencia, honradez y compromiso. Como líderes de organizaciones, de aula, de hogares, de comunidades, estamos en la obligación de comportarnos bien con todos los que están a nuestro alrededor, incluso con los que no sentimos empatía, y esta conducta debemos enseñarla a nuestros hijos y estudiantes para rescatar y reforzar los valores y principios en decadencia en esta era posmoderna.
“Mis jugadores y mis asociados no tienen por qué gustarme, pero como líder tengo que amarlos. El amor es lealtad, el amor es espíritu de equipo, el amor respeta la dignidad del individuo. En esto consiste la fuerza de cualquier organización”. Vince Lombardi. La Paradoja (p.93)
El verdadero líder es aquel que sirve sin esperar nada a cambio, que inspira respeto en lugar de miedo en su gente, que aunque en algún momento no esté físicamente el personal conoce sus funciones y se siente seguro, que sabe comunicarse, toma decisiones acertadas, considera las opiniones y esfuerzo del grupo, que deja a un lado sus deseos y necesidades y busca las mejoras para los demás, es comprometido, respetuoso, honrado, ese es el verdadero líder!

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